ANTOLOGIA DE DECALOGOS LITERARIOS

"Los Diez Mandamientos, considerados útiles reglas morales para vivir en sociedad, tienen un excelente uso literario. El escritor, al contar sus historias, debería hacer que sus personajes violen constantemente estos mandamientos, en conjunto o por partes. Mientras alguien robe, mate, mienta, fornique, blasfeme o desee a la mujer del prójimo tendremos un conflicto y en consecuencia una historia que contar. Por el contrario, si sus personajes se portan bien, no sucederá nada: todo será aburridísimo."
Fernando Ampuero


Uno de los más interesantes y que recoge más sabiduría, tiene un solo postulado. Se lo leí a Alejandro Quintana y dice:

"Porque en realidad ya se ha contado todo; lo novedoso es contarlo de forma interesante".

Es muy común que los escritores, cuando gozan de cierto reconocimiento, decidan organizar sus ideas en forma de recomendaciones que suelen enumerar en listas, generalmente en forma de decálogos, muy a manera de configurar una suerte de "Tablas de la Ley"o de "Diez Mandamientos" , en los que pontifican,-con razón o sin ella, en concordancia con su prestigio y sabiduría o apenas haciendo gala de una vana pretensión un tanto ególatra- sobre sus verdades decantadas acerca del oficio de escribir.

Unos condensan verdaderas sentencias, otras son apenas esbozos que naufragan en su propia babosería; unos son un compendio de ingenio, otros verdaderos destellos de humor, mientras algunos apenas sí resbalan como peligroso chascarrillo en el reino del lugar común.

De todas maneras, en esta página recopilamos algunos de ellos, como elemento para el análisis y estudio de los interesados en el ejercicio de escribir. Muy recomendado para aprendices y aficionados, para lectores desprevenidos, para alumnos de talleres literarios y para todos los que se deleitan del bello arte de la Literatura.

Al final citamos los más ingeniosos, clásicos, reconocidos o polémicos.

Lo que comenzó como un divertimento, pasó a ser una disciplina que permite enriquecer la teoría de la creación literaria, en la voz de los maestros. La idea original parte de la página www.emiliorestrepo.blogspot.com
Comentarios y aportes, favor remitirlos a emiliorestrepo@gmail.com

miércoles, 30 de agosto de 2017

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA NEGRA

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA NEGRA 

(En 8 sencillos pasos, consejos de diversos autores)

Artículo original:

“How to write… crime fiction” es el título que usa Mark Sanderson (de quien no hay información)  quien escribió una novela llamada “Snow Hill” que es la primera de una trilogía que fue publicada en Enero por HarperCollins. El artículo es viejo, pero la novela policíaca no envejece así, que el textico tampoco. No sé qué tan erudita será, conozco poco de literatura de esas características y menos inglesa, que es el mayor número de referencias hechas por el autor, por lo que no me atrevo a dar un juicio directo de contenidos. Sin embargo, hay cosas que me gustaron y por eso la pongo.

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA POLICÍACA

Las novelas policíacas y los thrillers cuentan con más del 30 por ciento del total del mercado de libros. Lo cual hace al crimen el delito favorito de la nación (Reino Unido). Esto significa que la competencia para ingresar a la lista de Best-sellers es feroz. El listado siguiente, basado en la experiencia de destacados profesionales, proporciona una guía esencial que mejorará sus oportunidades de pasar a impresión.

1. “Tenga algo que quiera decir…” dice Ian Rankin, el creador de John Rebus. “Puede ser un argumento ingenioso, o un asunto polémico. Debe tener una necesidad imperiosa de interactuar con los lectores. De lo contrario ¿por qué escribir?. Su nueva novela The Complaints, recién publicada, es un ejemplo de eso. En ella, utiliza una compleja conspiración, en la que retrata la crisis post-crédito de Edimburgo (?) , al tiempo que muestra el qué es ser bueno.

2. “Creo que una novela policíaca (como cualquier historia) tiene éxito o no dependiendo del personaje…” dice Michael Connelly, el creador del detective Harry Bosch “Crear y mantener un personaje con el que el lector sienta empatía, es la bola más importante con la que se debe hacer malabares cuando se escribe. También, es la tarea más difícil. El protagonista es el conductor del carro. El lector tiene que querer entrar a ese carro, confiar en ese conductor, sin saber siquiera a dónde se dirige. La última novela de Connelly es Nine Dragons, publicada en octubre de 2009.

3. Una trama enrevesada no es esencial . “Cada vez estoy más convencido de que el suspenso genuino no se crea con sorpresas y giros inesperados, sino con personajes por lo que se preocupe el lector” dice Mark Billingham, creador del detective inspector Thorne. “Un buen escritor de novela negra necesita un par de trucos, por supuesto, pero el personaje lo es todo”.

4. “Compromete al lector desde el principio, sorpréndelo al final…” dice Kathy Reichs, creadora de la antropóloga forense, Temperance Brennan, cuyo 12vo caso, acaba de ser publicado. “Siempre mantengo en mente el comentario de Mickey Spillane de que la gente no lee libros sólo para llegar a la mitad, sino para llegar hasta el final” dice Jeffrey Daver, cuya última novela Roadsides crosses, fue publicada el mes pasado.

5. Trabajo duro. No hay sustituto para el talento, pero cuanto más se cultiva más se desarrolla. Anthony Burgess decía que los libros están escritos con “quemaduras en la silla y plumas sobre el papel” No es necesario pasar años investigando las últimas técnicas forenses o el período histórico en particular que se ha elegido, ni tampoco tener la última tecnología en computadores portátiles. Hasta el momento Colin Dexter no ha tenido ni usado una computadora. “Solía escribir en las noches, luego de escuchar The Archers y antes de ir por una cerveza”. Si escribes una página por noche son 365 páginas o un libro y medio al año. “El resultado fue The Last Bus to Woodstock, la primera novela protagonizada por el inspector Morse”

6. Habilidades supremas de organización. Una novela policíaca es como un castillo de naipes: haz una alteración en el último momento, mueve una cosa, y todo el edificio puede venirse abajo. PD James cuyo Talking About Detective Fiction se ha publicado recientemente, ha llegado a la siguiente conclusión “La novela policíaca, debe tener un argumento convincente y creíble, personajes que sean más que estereotipos, buena escritura y la integración creativa de ambiente, narrativa, caracterización y tema. Para ponerlo simple, una buena historia de detectives debe ser una buena novela”.

7. Previsión. Lee Child, creador del popular y mítico vagabundo Jack Reacher, dice: “No dé a sus lectores lo que los divertía el año pasado, déles lo que disfrutarán el próximo año”. Gone Tomorrow, publicada a principio de año, exploró el terrorífico fenómeno de los terroristas suicidas (Suicide Bombers) en New York.


8. Suerte. Incluso si sigues todas las sugerencias de esta lista, no hay garantía alguna de que te verás en la lista de los best-sellers. Sin embargo, si las ignoras, no tienes ninguna oportunidad. La Internet ha hecho de la auto publicación un juego de niños, pero el talento genuino necesita un editor. ¿por qué publicar tu trabajo en Internet –perderse en el montón de ciber-nieve-derretida– en lugar de intentar enviarlo a una agencia literaria establecida?  Cualquier agente respetable, sólo por su 15%, te hará saber si es bueno. Los editores rara vez aceptan manuscritos no solicitados, una agente puede ser la llave maestra para cruzar esa puerta. Dicho esto, algunas veces los consejos también se pueden ignorar.


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Esta entrada ha sido muy popular entre los visitantes del blog, quienes, nunca satisfechos, siempre piden más y más. Para darles gusto, hicimos una selección de varias páginas que tratan el tema, con su respectiva referencia. Puede haber repeticiones o frases irrelevantes, pero siempre algún consejo útil se puede rescatar. Les comparto:


Cómo escribir novela negra


Un cuerpo flotando, boca abajo, cabalgando la corriente de un río. El crimen  es algo tan oscuro como atractivo. Puedes ser sensual, maquiavélico, trepidante, cargado de emoción. Por algo, la novela negra se ha convertido en uno de los géneros más populares del mundo.

Esta popularidad lo ha convertido en uno de los más atractivos para nosotros los escritores. ¡Sobre todo para los noveles! Pero debemos ser conscientes del gran reto que supone publicar una novela negra con la gran cantidad de competencia con la que nos encontraremos.

“Escribe sobre lo que sepas” es uno de los consejos que más hemos oído. Y esta máxima, en este campo, puede ser un problema. Y es que la mayoría de nosotros ni ha participado en una investigación criminal ni, suponemos, ha participado de un crimen que merezca la pena ser contado (robar una lata en el supermercado, aparte de estar mal, no es interesante).

Pero lo cierto es que no siempre debemos escribir sobre lo que sabemos. A veces es suficiente poner palabras a aquello que nos emociona o excita.

 Las noticias, una fuente de inspiración

De acuerdo, nuestra vida no es una ola de crímenes de la que podamos sacar ideas, pero ahí fuera hay un mundo sucio, turbio y lleno de historias truculentas. Podría parecer que ese mundo está lejos y oculto, pero basta con coger el periódico y pasar unas páginas.

Es cuestión de tiempo que demos con una historia que nos llame la atención, que nos inspire y que nos empuje a escribir nuestra novela. Truman Capote se encontró con la historia de A sangre fría a través de la prensa.

Claro que no todos somos como el genio de Luisiana, pero tampoco hace falta que hagamos un relato quirúrgico del suceso. Podemos variar todos los elementos que nos convengan, y finalmente tal vez la novela no tenga nada que ver con el hecho que lo inspiró. Lo importante es ponerse en marcha.

 Trabajando hacia atrás

El crimen cometido será uno de los puntos álgidos de nuestra novela, y muy posiblemente sea el suceso a partir del cual se estructure toda la historia. Por eso es un buen ejercicio comenzar por él.

Imaginemos el crimen –el robo, asesinato, secuestro o lo que nos ocurra- y a partir de él desarrollemos qué tipo de persona podría haberlo realizado, sus razones y los hechos que le llevaron hasta ahí, y lo que pasaría después. Y ya tendremos un esbozo de la historia.

Tampoco compliquemos la trama con miles de giros. Raymond Chandler aseguraba que las historias de crímenes deben ser “lo suficientemente simples como para poder ser explicadas llegado el momento”.

El asesino siempre tiene una razón

Otra de las normas esenciales de Chandler para sus novelas negras era que “debía tratar de gente real en el mundo real”. En este mundo todos tenemos nuestras razones, todo cuanto hacemos tiene una justificación –correcta o incorrecta-. Lo mismo ocurre con nuestros personajes, incluso con el villano. Desde su perspectiva, ellos son los héroes de la historia.

De la misma manera, los protagonistas no deben ser perfectos ni agradables. Si un lector se interesa por la novela negra es para sumergirse en un mundo abyecto de gente mezquina y rastrera. Las personas buenas son aburridas.

¿Cómo hacemos entonces que el lector se vincule con un personaje? Por la empatía. Muestra a una persona en situaciones con las que el lector se pueda identificar: con un dilema o en una situación de víctima. En Dexter sufrimos por lo que le pueda pasar al asesino en serie. Pero es que Dexter sólo quiere encajar en la sociedad. ¿Y quién no?

 Entretengamos sin dar lecciones de criminología

Conocer los métodos que usan los criminales en sus tropelías y los protocolos que sigue la policía para investigar puede dar mucho color a nuestra historia. Si tenemos la posibilidad de hacerlo, no dudemos en hablar con investigadores o con antiguos criminales siempre que podamos.

Sin embargo, no podemos olvidar que nuestro principal objetivo es entretener y contar una buena historia, con unos personajes atractivos con los que explorar los rincones oscuros del alma humana. Si el lector hubiera querido una clase de criminología, se habría apuntado a un curso y no hubiera comprado nuestra novela.


ESCRIBIR NOVELA POLICIACA:
 ¿LA “FÓRMULA” PERFECTA?

El año pasado, con motivo del ciento veinticinco aniversario del nacimiento de Agatha Christie, el canal de televisión británico Drama se propuso descubrir la fórmula para escribir novela policiaca de éxito. Como si se tratase de un grupo de científicos dispuestos a descubrir una vacuna, varios expertos se reunieron para estudiar y analizar  los entresijos de las novelas policiacas escritas por la autora británica (bueno, no todas, solo veintisiete de las sesenta y seis) hasta que lograron extraer una serie de pautas o elementos comunes que se podían encontrar en la mayoría de sus obras, e incluso se atrevieron a diseñar una fórmula.

La investigación fue llevada a cabo por Dr. James Bernthal de la Universidad de Exeter; el Dr. Dominique Jeannerod, investigador en el Instituto para la investigación colaborativa en las humanidades en la Universidad de Queens, Belfast; y el analista Brett Jacob. Quién sabe si fumando cigarrillos rusos y bebiendo chocolate caliente para mimetizarse con Poirot, el caso es que, imagino que tras mucho leer y platicar, llegaron a la fórmula a partir de la cual podríamos obtener una novela policíaca como las de Agatha Christie. La fórmula es la siguiente:

k (r,δ, θ, c) = f {rk+ δ + θ {P,M },c (3≤4.5}

Siendo cada uno de los elementos que componen la ecuación:

K=la incógnita de la ecuación es la identidad del asesino

r= relación con la víctima

δ= medios de trasporte primarios asociados con la novela

θ= método del asesinato y caracterización del detective

P= hace referencia al detective Poirot

M= hace referencia a Miss Marple

c= capítulo en el que se introduce al asesino

f= ser refiere a mujer o femenino

Del este estudio, además, se puede extraer una serie de conclusiones, o elementos comunes en las novelas:

 El asesino se introduce dentro de la primera mitad del libro.
Esto es acorde con la técnica narrativa. El asesino no deja de ser un personaje que tiene cierta importancia en la novela, y ya sabemos que los personajes principales, salvo excepciones, deben aparecer en el planteamiento del libro.

 Si el asesino se involucra emocionalmente con la víctima, la mayoría de los asesinos son cónyuges o parientes de sangre de la víctima. Además, si la víctima del asesino es su pareja, el motivo más probable será amor, mientras que los asesinatos cometidos por las relaciones de sangre son más variadas en motivo.
Esto parece bastante lógico.

 Si hay una gran cantidad de vehículos terrestres en la historia, el asesino seguramente es una mujer.
¿Será porque somos buenas conductoras? ¿Y si los vehículos fueran un tractor y un camión de construcción?

Si hay un montón de vehículos náuticos o aeronaves en la historia, el asesino es más probable que sea un hombre.
Igual es una cuestión de estadística, ya que hay más pilotos hombres que mujeres, sobre todo en la época de la autora británica.

 Si la víctima es estrangulada, el asesino es probablemente macho (o varón con una mujer cómplice).
Esto tiene lógica, puesto que el estrangulamiento requiere que se trate de una persona fuerte.

 Si el ajuste es una casa de campo, el asesino es más probable que sea una mujer (con una probabilidad del 75%).
Debe ser una cuestión de estadística. Puede que a las mujeres, al menos a las mujeres inglesas, les guste la jardinería. Ya se sabe, regar las plantas, cultivar geranios y…, ya puestos, de repente una no sabe muy bien qué hacer con el rastrillo y le puede dar por clavárselo a alguien o golpear al vecino con la pala.

 El lenguaje utilizado en todo el libro para describir un asesino femenino es generalmente más negativo que al describir un asesino masculino.
Esto se obtuvo mediante un programa informático de análisis de sentimientos.

 Las asesinas se descubren normalmente debido a un elemento doméstico.
Lógico si pensamos que la mayoría de las mujeres de la época donde trascurren las novelas de Agatha Christie eran amas de casa.

 Los hombres asesinos se ponen al descubierto normalmente a través de información o lógica.
También tiene sentido. Si las mujeres de aquella época no estudiaban ni iban a  la universidad, no estaban tan acostumbradas a utilizar la lógica. Pero, ¿qué estoy diciendo? ¿Cuándo hemos utilizado las mujeres la lógica? Para desarrollar los argumentos y las tramas de una novela sí, pero para matar a alguien no la necesito.

 Si Poirot es detective y la causa de muerte es punzante, el asesino se menciona con más frecuencia al principio del libro.
Aquí me pierdo, lo reconozco.

Si Miss Marple es el detective y el motivo para el asesinato es asunto de dinero, el asesino se menciona más en las etapas posteriores de la novela que al principio.
Bueno, creo que hoy día ya sabemos que los asuntos de dinero son más difíciles de descubrir, sobre todo si uno lo tiene en un paraíso fiscal, con lo que el asesino aparece más tarde.

Esta fórmula para escribir una novela policiaca es válida solo para novelas policiacas basadas en la estructura de tipo Who do it? (whodunit), que es la que encontramos en la mayoría de las novelas policiacas clásicas y en las que se engloban las obras de Agatha Christie. El esquema básico que siguen estas novelas puedes resumirse de la siguiente manera:

Se encuentra el cuerpo (al principio de la novela).
Se presenta al lector un grupo de sospechosos. Un grupo cerrado y reducido, relacionado ente sí normalmente por pertenecer a un mismo grupo social o por su ubicación).
Se introduce y presenta el detective.
Salen a la luz una serie de pistas falsas (redharrings) o maniobras de distracción, importantes para que el desenlace no sea previsible.
El desenlace será rápido y eficiente, dejando al lector satisfecho.
6. La novela incluye además una “pista principal” que se revela a mediados de la novela y que se mencionará de manera destacada, de modo que el lector la recuerde, creando una sensación de fair play (juego limpio) evitando así que se sienta engañado o traicionado al llegar al desenlace.
Está claro que todo esto no puede considerarse en realidad una fórmula para escribir novela policiaca, tal y como se menciona en la noticia, sino que se trata solo de una serie de patrones comunes en las novelas de la autora británica. En cualquier caso, ¿toda la novela que se ajuste a estas premisas será un éxito? Evidentemente no. Como lectora de las novelas de Agatha Christie, sé que, una vez has leído tres o cuatro novelas, ya reconoces algunos estos patrones con facilidad. Pero, ¿qué es lo que hace que, pese a ello, muchos lectores sean adictos a sus novelas? En mi opinión, no es el estilo lo que hace destacar las novelas de esta autora del resto, sino la ambientación y, sobre todo, el trabajo con los personajes. Christie realiza una cuidada caracterización de sus detectives, les dota de singularidad, de virtudes y defectos; diseña el móvil del asesino con minucioso detalle (ya sea la venganza, un motivo económico o el deseo de proteger a alguien), un móvil fuerte que encaja además con la personalidad del criminal y, con frecuencia, todas las novelas tienen una historia oculta, que procede normalmente de su pasado y que es capaz de hacer florecer en el asesino el deseo de matar.

Aunque sus novelas se ajustan a la estructura del Who do it? (¿Quién lo hizo?), la autora británica despierta la curiosidad del lector más allá del descubrimiento del asesino. Lo que el lector quiere saber, en realidad, es por qué lo hizo, qué hay detrás de ese crimen, qué lleva a una persona en apariencia corriente a querer acabar con la vida de alguien.

Aprenda a matar en 300 páginas

Andreu Martín, maestro del género «negro», reúne en «Cómo escribo novela policíaca» consejos para quienes sueñen con convertirse en escritores y seguir sus pasos

«En la novela policíaca es imperioso ir al grano desde el principio de la narración sin entretenernos en rodeos que no tengan una utilidad precisa.» «También el suspense es imprescindible.» «Es muy importante saber gestionar bien la conservación y posterior revelación de los secretos.» «Antes de empezar a escribir, hemos de tener en cuenta que el final nunca puede ser menos original y sorprendente que el principio.» «El autor ha de meterse en la piel de cada uno de sus personajes para saber cómo sienten, cómo se mueven, cómo reaccionan, cómo justifican sus actos.» Son los consejos que un maestro de la novela negra, Andreu Martín (Prótesis, Barcelona Connection, Memento de difuntos), da a quienes quieran seguir sus pasos y convertirse en escritores del género.

A caballo entre las memorias, la guía práctica, la reflexión y en ensayo, Cómo escribo novela policíaca recopila no sólo la larga experiencia «criminal» de Andreu Martín, sino la de los cientos de autores que le han precedido. Anécdotas, ejemplos, recomendaciones: todo cabe en estas páginas, una auténtica coctelera en la que se agitan y mezclan la literatura (Hammett, Chandler, Highsmith, Chesterton, Poe, Ellroy, Markaris), el cine (Hitchcock, Truffaut) y las series de televisión (Starsky y Hutch, CSI).

Lo que dicen los clásicos
En la parte final de Cómo escribo novela policíaca, Andreu Martín cede la palabra a sus maestros. Que hacen mil y una recomendaciones, algunas bastante irónicas:

«No debe haber ninguna historia de amor, que es un sentimiento irrelevante que desbarata una experiencia puramente intelectual. Se trata de llevar al criminal ante el juez, y no a una pareja ante el altar» (S. S. Van Dine).

«Los personajes, el ambiente y la atmósfera deben ser realistas. Tenemos que tratar de gente real en un mundo real» (Raymond Chandler).

«El criminal debe ser alguien mencionado al principio de la historia» (Ronald Knox).

«Nunca empieces un libro hablando del clima. Hay algunas excepciones, claro. Si conoces más maneras de describir el hielo y la nieve que un esquimal, puedes hablar del clima tanto como te dé la gana» (Elmore Leonard).

Anécdotas, ejemplos, recomendaciones: todo cabe aquí
«Una vasta organización criminal es tan aburrida como una vasta recopilación de estadísticas: hace que incluso el crimen parezca leve y vulgar» (Chesterton).
«Los personajes deben ser auténticos seres humanos, cada uno de los cuales toma vida para el lector, no muñecos de pasta hechos para ser derribados en el último capítulo» (P. D. James).

10 consejos a los jóvenes escritores de novela negra


Anna M. Villalonga calificaba Andreu Martín como el “mejor negro en activo” del panorama literario catalán en un artículo publicado en Núvol el año pasado. Es imposible oír el nombre de Martín y no relacionarlo con la novela negra, aunque también ha escrito varias novelas para el público juvenil. Ha publicado más de un centenar de libros y ha recibido numerosos premios y reconocimientos por sus obras, como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (1989), el Premio Hammet, el Memorial Jaume Fuster (2003), el Crims de Tinta (2012), el Ciutat d’Alzira de Novel·la (2013) i el Gaziel (2016).

Recientemente ha publicado Com escric novel·la policíaca, editada por Pagès Editors, obra en la que reflexiona sobre los secretos del género negro. Este ensayo se dirige tanto a aquellos autores novatos y experimentados que quieran convertirse en expertos del género, como a los críticos, periodistas o lectores que quieran entender las bases de la novela negra. A continuación, os dejamos diez consejos seleccionados a partir del contenido del primer capítulo, “Escribir género. ¿Qué le pide el lector a una novela policíaca?”. El libro cuenta con un apéndice en el que pueden leerse los consejos de clásicos como Jorge Luis Borges, Raymond Chandler, Ronald Knox, Elmore Leonard o P.D. James, el cual no advertía que para escribir una buena novela negra era imprescindible investigar: “Investiga, investiga, investiga”.

10 consejos para escribir novela negra

1. El elemento más importante de esta tarea, para mí, siempre será la historia que se tiene que contar, como dejaré bien claro a lo largo de este libro, aunque no puedo negar que la atención del lector solo se puede captar, en primera instancia, a partir de la forma.

2. El estilo, la manera de relatar una historia, la forma que le damos, tiene tanta importancia como la voz, como el timbre, la impostación, la pronunciación, la capacidad de seducción del orador o del rapsoda. Sin embargo, para mí, lo que realmente acaba capturando y apasionando al lector no es como se dice sino qué se dice.

3. La esencia de toda novela policíaca reside en el hecho de que alguien viola la ley, principalmente la más transcendental de las leyes, la que dice que no matarás.

4. En toda buena novela, hay acción. Jardiel Poncela aseguraba que tiene que haber acción trepidante hasta en el monólogo de un tetrapléjico y puntualizaba que no debemos confundir la acción con el ajetreo. Tal y como decía Highsmith, “en las novelas de suspenso la acción tenderá a ser más violenta”.

5. El ingenio es el elemento más seductor de la novela policíaca. Hay ingenio en las tramas, como mecanismos de relojería, donde todas las ruedas encajan a la perfección y hacen avanzar el engranaje de sorpresa en sorpresa.

6. En el proceso de escritura, un secreto es un tesoro. Es la solución del enigma, es la curiosidad del lector que sabe que lo sabemos y está deseando que se lo expliquemos y va devorando páginas, entregándonos toda su atención y devoción, el anhelo más ferviente de todo narrador. Como decía Raymond Chandler, “el relato es la aventura de este hombre en busca de una verdad oculta”.

7. El subtexto (es decir, el análisis o crítica social) está, tanto si el autor quiere dedicarle su atención como no. Siempre se puede entre líneas e ir más allá, en la obra más ambiciosa y en la que se pretende más trivial, y el lector que disfrute más de una lectura será aquel que sepa buscar y encontrar esos tesoros ocultos.

8. “Las novelas de misterio tienen que estar escritas con un aire de distanciamiento; si no, nadie, excepto un psicópata, las querría escribir o leer”, escribe Raymond Chandler. La novela negra tiene que buscar el distanciamiento a través del humor o el cinismo. Jugar a escandalizar, a materializar los temores en historias de ficción, a ponerse del lado de los transgresores.

9. “El Mac Guffin es una curva, un truco, una complicidad”, apuntaba Hitchcock. El Mac Guffin es la excusa para que nuestros personajes entren en acción. ¿Por qué persiguen al protagonista, por qué lo quieren matar, por qué se pelean o mienten los unos a los otros? Por el Mac Guffin: porque alguien quiere robar unos papeles, unos documentos, un secreto, porque alguien sabe algo que no tiene que saber, porque alguien hizo una foto indiscreta, nada, algo breve de contar, vacío, una minucia.


10. La escritura de una novela —¿hay que decirlo?— es un proceso inteligente al margen de la transcendencia que quiera otorgarle el autor.

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Y la profesora Amalia Sánchez siempre tiene unos buenos consejos qué aportar, llenos de sentido común, que en lo personal me parecen sensatos y prácticos. Miremos:

https://www.heraediciones.es/como-escribir-una-novela-negra-para-que-sea-un-exito-7-reglas-que-siempre-debes-tener-en-cuenta/


Cómo escribir una novela negra para que sea un éxito. 7 reglas que siempre debes tener en cuenta


¿Te has preguntado cuáles son las reglas de oro en una novela negra?
¿Cómo escribir una novela negra para que sea un éxito y venda?
La promoción (y la suerte) tiene un papel elemental para que todo libro esté en la lista de los más vendidos sea del género que sea. Pero en el caso de la novela negra hay una serie de pasos que puedes seguir.
Estos son indispensables para conseguir una novela “noir” que cumpla con las características esenciales que las editoriales y los lectores solicitan. Y después, que venda.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de escribir?

En el caso de la novela negra, no se trata de que busques tanto la originalidad en el tema como escribir una buena historia. Y si no, piensa en algunos de los súper ventas del género, como Dolores Redondo, por ejemplo, o como Jo Nesbo.
Ambos escritores destacan por la forma que tienen de escribir, de contar su historia. Redondo es cercana, clara, con un estilo sencillo y que engancha, como ha ocurrido con su trilogía sobre el Baztán.
Con el escritor noruego sucede algo parecido, aunque tiene ese halo de misterio que envuelve a todos los escritores de novela negra del norte. Un caso semejante sucede con Kenning Mankell, por ejemplo (muy, muy recomendable si aún no lo has leído).
Así, tienes que priorizar en la historia, en cómo la planteas, en cómo la cuentas. Más que en el tema principal o los temas secundarios sobre los que vas a escribir. Recuerda que una novela negra tiene como fin esclarecer un misterio, normalmente un asesinato (o varios). Así que toda la trama debe girar en torno a eso. Sin más complementos.

Pero ¿cómo escribir una novela negra para sea un éxito? ¿Qué elementos incluir?

No voy a andarme por las ramas. Lo que busco es que tengas 7 claves esenciales que puedas poner en marcha desde  ahora mismo en tu novela.
Para mí, los elementos indispensables que debe tener una buena novela negra son:
1. La historia que escribas siempre debe buscar la verdad.
Si hay un género donde la verdad tenga que salir a la luz, esa es la novela negra. Por eso toda la historia la debes enfocar en descubrir cuál es el misterio y qué es lo que ha sucedido.
Además, tus personajes han de tener un motivo para comportarse como lo hacen (y tienes que justificarlo), y debes escribir la novela para que el lector sea capaz de descubrir cuál es ese motivo.
2. Maneja la intriga y el misterio como elementos indispensables.
Toda la novela debe conducirse a desentrañar la conclusión final, normalmente quién ha asesinado y por qué.
No solo hablo de que descubras quién es el asesino, sino sobre cómo se llega a esa conclusión.

Lo elemental: la historia

3. Describe y ten clara cuál es la acción principal en la historia.
¿Sobre qué gira la trama esencialmente?
Como ya te he comentado en otro artículo en el que te hablaba de algunas características esenciales de la novela negra, en este género es importante la planificación.
El objetivo es que describas con detalle quiénes son los personajes. Y sobre todo una descripción de los ambientes y espacios donde transcurre la historia.
¿Por qué? Porque tú mismo irás escribiendo y dando forma a una trama cambiante que describirá ambientes y personajes variados. Mientras, el detective llevará a cabo su proceso de investigación.
La acción manda sobre la descripción en este género, porque lo que tienes que conseguir es una historia ágil y trepidante.

Solo lo importante

4. Olvídate de elementos accesorios que no aporten nada. Incluye solo aquello que dé información.
Todos los “ingredientes” que añadas a la narración deben estar en función de la historia que estás escribiendo.
Y es que en novela negra no existe lo accesorio. Ni las florituras. Ni elementos para hacer más bonita la trama. Nada de eso. Tienes que centrarte en qué ha sucedido. Cómo se planteará la investigación y quién ha cometido el delito.
Y todos los elementos que incluyas en la traman han de estar supeditados a conseguir que tu lector tenga esta información.
5. Describe con detalle la psicología de los personajes.
Antes de que comiences a crear siquiera el esquema de la novela, planifica cada uno de los personajes que van a formar parte de la histori,. Piensa sobre todo en ahondar en su psique: cómo son, por qué se comportan así, qué buscan, qué les motiva a ser cómo son…
Cuanto más conozcas a los personajes (al héroe, al villano, a los personajes secundarios, a la víctima), más sencillo te resultará escribir.
Cuanto más profundos sean esos personajes, más engancharás al lector con ellos y más le costará abandonar tu historia.

La trama ha de ser siempre realista

6. Escribe diálogos profundos, con peso.
Huye de los diálogos accesorios o vacios, que solo se incluyen por rellenar.
Estos elementos tienen que tener fuerza para que también aporten información a la historia.
¿Qué personajes emplearán una jerga para expresarse? Es vital que cada uno de ellos esté caracterizado una forma diferente, que tenga una identidad propia. Y por supuesto que se exprese tal como se espera de él.
Y no olvides que la novela negra se caracteriza por un lenguaje sencillo, con verbos de acción y frases breves.
7. Aporta realismo a la historia haciendo hincapie en el narrador, por ejemplo.
Así, lograrás una historia creíble a través de quien la cuenta.
O lo que es lo mismo, utiliza por ejemplo un narrador en primera persona, ya sea el investigador o el criminal quien hable. También puede funcionar el uso de la tercera persona que es muy cercana al protagonista.

Conclusiones

Por tanto, no se trata de que busques la originalidad a la hora de escribir tu novela negra. O de encontrar un tema que nadie haya tocado. O de dar vida a personajes que consideres nuevos. No.
Céntrate solo en crear una buena historia, con un buen proceso de investigación, que encaje por todos lados.
Utiliza el tipo de narrador que mejor se adecue a ella, ya sea una tercera persona del singular o una primera persona.
Los diálogos, siempre con peso. Nada de conversaciones que no aporten o que simplemente utilices para rellenar o para que el texto sea más ágil. Recuerda que mucha de la información sobre la historia o sobre los personajes la puedes dar a través de ellos, así que merece la pena que estén bien elaborados.
En la novela negra, incluye solo elementos que enriquezcan. Este tipo de novelas son como un buen guisado, si quieres darle sabor, tendrás que incluir solo ingredientes de calidad y que aporten un sabor excepcional. Así que huye de aditivos, colorantes o conservantes que no añaden nada.
Antes de comenzar a escribir, plantea cómo será la psique de cada uno de los personajes que formarán parte de la historia, y por supuesto piensan en cuál será la acción sobre la que se plantee toda la trama.
Y por último, busca siempre la verdad. Este es el objetivo de toda novela negra. Descubrir qué es lo que ha sucedido y por qué.

Plan de acción para escribir

Una vez que ya tenemos los elementos básicos de un texto negro, piensa:
1- ¿Cuáles de estos elementos sí incluyes en tu novela negra y además los desarrollas? ¿Y qué otros crees que están más flojos porque quizá no has incidido demasiado en ellos?
2- Haz un pequeño listado de las características esenciales que tienen los personajes de tu novela. ¿Hay algún modo de enriquecerlos, que tengan más fuerza o más presencia en la historia?
3- Revisa los diálogos que has incluido. Sopesa si todos ellos aportan información a la trama o describen a tus personajes. O si por el contrario hay alguno que puedas mejorar.
4- Examina con detalle si en la novela has incluido  elementos de calidad. También que aporten información útil a la historia. Si alguno puede modificarse, mira de qué forma puedes hacerlo para que la novela solamente disponga de datos que contribuyan a descubrir la verdad.
Y si quieres compartir conmigo cómo es tu novela negra, cuál de estas claves utilizas ya y qué otras vas a incluir por primera vez, encantada de que me escribas. E igualmente si tienes algún pequeño “problemilla” con tu novela negra que podamos solucionar.

Espera, no te vayas sin mi regalo

Antes de que te vayas, haz click aquí y descárgate GRATIS mi informe “Cómo seducir a una editorial especializada en novela negra. Unos consejos (que nadie te ha contado para conseguirlo)”.
A lo largo de varias páginas descubrirás unas claves básicas para saber qué es lo que debes decirle al editor en ese primer contacto que mantengas con él.
O qué es aquello que debes omitir en un primer mail de contacto si de verdad quieres tomarte en serio tu carerra como escritor de novela negra y quieres publicar.
No olvides llevarte tu regalo.
Muchas gracias.
Amalia Sánchez

DECÁLOGO PARA ESCRIBIR LA NOVELA NEGRA PERFECTA J.L.Rod

DECÁLOGO PARA ESCRIBIR LA NOVELA NEGRA PERFECTA
J.L.Rod

CONSEJO # 1

Despídete de tu pareja, familia y amigos. "Hasta pronto, muchachos, me esfumo. Voy a escribir una novela y desaparezco del mundo. Pero volveré". Mándales a todos este mensaje por el conducto que más rabia te dé. A todos menos a tu cuñado. No seas imbécil, aprovecha la ocasión para demostrarle de una vez por todas que no es santo de tu devoción. Cuando te llame para preguntarte por qué él no ha recibido el aviso de tu próxima desaparición, confiésale que el hecho de que te bebieras esa botella de Vega Sicilia a solas en tu casa el día de Nochebuena media hora antes de salir hacia la suya para cenar con tu suegra no fue una mera casualidad.

CONSEJO # 2

El punto anterior no incluye a tus gatos o a tu perro. Si tienes un canario, también vale. No les saques de tu vida como si fueran un cuñado más. Necesitarás alguien a quien poder abrazarte cuando te entre un llanto desesperado a las cuatro de la mañana porque el capítulo siete es una auténtica mierda. Y puedo asegurarte una cosa: tu pareja ya no estará en casa a esas alturas. Te habrá dejado más o menos cuando estés escribiendo la mitad del capítulo cuatro.

CONSEJO # 3

Date de baja inmediatamente en Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y WhatsApp. Este punto es importante, porque si aguantas una semana, no volverás a perder el tiempo en esas tonterías durante el resto de tu vida, y a partir de ese momento volverás a leer, escribir, cocinar, viajar y escuchar música. Incluso podrás follar de vez en cuando. Tu pareja (si es que no te ha dejado todavía) te lo agradecerá. De nada.

CONSEJO # 4

Desconecta la televisión. Pero hazlo ahora mismo, deja de leer esto inmediatamente y des-co-nec-ta-la-te-le-vi-sión. ¿Ya has vuelto? Fenomenal, sigamos. Coge este decálogo y vete al baño. Mírate al espejo. Levanta la mano como si fueras Obama jurando por sus niños que va a cerrar Guantánamo. Lee esto en alto: "Juro solemnemente que a partir de este momento no leeré ni un solo periódico ni escucharé ningún programa de radio ni volveré a ver jamás de los jamases un solo programa de televisión. Amén". No te va a pasar absolutamente nada, puedo asegurártelo. Cuando retomes dicho hábito unos cuantos meses después, el mundo seguirá siendo un infierno del carajo y, al fin y al cabo, con una hora de tertulia de radio te pondrás rápidamente al día con su rápido repaso diario de asuntos tremendamente dispares perpetrados a manos de expertos en nada. Si tienes alguna duda sobre este punto del decálogo, aplíquese lo indicado en el consejo número tres.

CONSEJO # 5

Ha llegado el momento de la verdad. Cómprate una Nespresso. Me da igual que no tomes café, hazme caso. Cómprate una Nespresso y aprovecha la pasta de los gastos de envío para hacerte con veinte o treinta cajas de Fortissio Lungo. Con esas solo tendrás para el primer mes, pero así, en el siguiente pedido aprovechas para hacerlo por teléfono y charlar un par de minutos con la teleoperadora. Te vendrá bien para mover un poco la comisura de los labios, ya que después del primer mes encerrado en casa escribiendo sin hablar con nadie, empieza uno a acartonarse. Cuando cuelgues el teléfono, repite en voz alta el abecedario cuatro o cinco veces. Las veces pares de atrás hacia adelante y las impares también. Si no te encasquillas y lo recitas de corrido, todo va bien, todavía no se te ha ido la olla. Insisto, tira a la basura el té verde, el colacao o cualquier otra cosa que tengas a bien desayunar habitualmente. Toma solo café y en grandes cantidades. Si no me haces caso, la segunda noche que te den las tres de la mañana sin que te salga una puñetera frase decente te acordarás de mí. Y entonces, no me llames ni me escribas. Te lo avisé.

CONSEJO # 6

Cómprate un par de cartones de tu marca de tabaco preferida, así te ahorrarás varios viajes diarios al estanco. ¡Cómo! ¿¡Qué no fumas!? Vamos, no me jodas. ¿Y pretendes escribir una novela negra? ¡Venga coño! Déjate de tonterías y hazme caso. Aprovecha tu visita semanal al estanco para intercambiar unas palabras con el dependiente, será el único ser humano al que verás durante una larga temporada. Si no se te ocurre nada inteligente que comentarle, dile lo mismo que ponías antes en el Facebook, se trata tan solo de mantener un mínimo contacto con el ser humano. Algunas sugerencias: "Jo, es lunes", "Yupi, es viernes". Si estas propuestas no te convencen y de verdad lo que deseas fervientemente es hacer el ridículo para llamar la atención, tienes varias opciones verdaderamente infalibles. "Mucho frío en Soria", "Mucho calor en Sevilla" o la primera del ranking de cualquier gilipollas que se precie: "¡Por fin es juernes!". Venga, ya has hecho el ganso diez minutos. Deja en paz al del estanco, vuélvete a casa y siéntate en el ordenador a escribir, que llevas siete meses con la novela y vas por el capítulo doce. Por cierto, se me olvidaba: cómprate también un par de ceniceros. Los vas a necesitar.

CONSEJO # 7

Han pasado doce meses. Si has seguido los consejos anteriores no habrás parado de escribir y escribir. Ha llegado el momento de comprobar si has hecho bien tu trabajo. Ahí va un test de autocomprobación. Contesta sí o no a las siguientes preguntas:

¿Tu cara tiene el mismo moreno cobrizo que Iniesta?
¿Has engordado doce kilos porque llevas un año comiendo bocatas de mortadela para no moverte del ordenador?
¿Cuando te levantas por la mañana toses justo como lo hacía tu abuelo tres meses antes de espicharla?
¿Ya tienes tus nuevas gafas de cerca con siete dioptrías más?
Cada "sí" equivale a un punto. Cada "no", resta dos puntos y además eres un mentiroso, tú no has escrito una novela negra. Suma los puntos. Si tienes menos de cuatro, vuelve al punto uno de este decálogo. Si suma más de cuatro, sería bueno que dejaras la bebida. Si, según tus cuentas, después de repasarlas varias veces -porque a estas alturas de tu vida tu cerebro no da para más- te da justo, ni uno más ni uno menos que un cuatro (la cara de tu retrato), ¡¡Enhorabuena!! Has escrito una novela negra

CONSEJO # 8

Necesitas contrastar la calidad de tu manuscrito. Alguien que te dé un mínimo feedback de tu trabajo. Tu madre no vale. No porque sea tu madre, que ya sabemos que te adora y te va a decir que la novela es una maravilla aunque le mandes algo de Paul Auster. No, no es por eso. Es que llevas un año sin hablar con ella y como que queda mal. Ya lo arreglarás en cualquier otro momento, basta con que vayas a comer un domingo a su casa y le digas que no hay nada como sus croquetas. Necesitas alguien que te diga la verdad, solo la verdad. Tu mujer tampoco vale. Te dejó a mitad del capítulo cuatro ¿Te acuerdas? Entonces es cuando decides llamar a tu mejor amigo para que se la lea.

- ¡Paco! ¿Qué pasa? ¡Ya he acabado la novela!. Confío mucho en tu criterio, me gustaría que te la leyeras....

- Hombre... ¿cómo estas?... estaba pensando en llamarte... es que... verás... no sé como decírtelo pero... Verónica lleva siete meses acostándose con Jaime. Sí, Jaime, nuestro amigo, el del mus, el que está en el paro. Dice que le podía dedicar tiempo y, ya sabes, es algo realmente importante. ¿Que por qué no te lo he dicho antes? ¡Coño, si nos mandaste un mensaje a todos diciendo que hasta pronto muchachos, me esfumo, voy a escribir una novela y desaparezco del mundo, ¿te acuerdas? Oye, te dejo que tengo que entregar unos informes. ¡Suerte con la novela!".

Joder, cuelgas el teléfono y llegas a la conclusión de que tu vida se ha ido verdaderamente a la mierda por esa puta novela. Pero no te arrepientes. "¡El esfuerzo ha merecido la pena! ¡Que coño, se la voy a mandar a las editoriales! ¡¡Pero si esto que he escrito es una obra maestra!!"

CONSEJO # 9

Ha pasado algo de tiempo desde que mandaste el libro a las editoriales. Unos doce meses más o menos. Se llama elipsis, te lo dijo el mentecato del profesor ese que era poeta en aquel curso de escritura creativa que hiciste. Sí, coño, el que se había autoeditado una antología poética que se titulaba Nódulos concéntricos helicoidales. Aprovechando que ya le has cogido el tranquillo, estás ya con la segunda novela. Eres feliz como un conejo. Tus gatos y tu perro te miran con cara rara, aunque no sabes exactamente por qué. Tu vida empieza por fin a encarrilarse. Has dejado la mortadela, el chóped es mucho más barato y engorda el doble. Ya te has acostumbrado a tu look de Marilyn Manson, con tu cara blanca y tu pantalón de chándal negro que usas a diario porque no te vale ni un vaquero. Y ya tienes el tabaco bastante controlado, has bajado de los tres cartones semanales a dos y medio. Todo te vuelve de nuevo a sonreír. Solo hay un problema. No te queda ni un puto duro y las editoriales sencillamente no contestan, se la trae al pairo. Tienen cubiertas sus ventas editando a presentadores de televisión que hasta ahora nos habían engañado y que habían ocultado hasta el último momento que realmente eran la reencarnación del mismísimo Benito Pérez Galdós. Decides darte algo más de tiempo. Al fin y al cabo, has escrito un novelón, alguien acabará por contestar, como a Jo March en Mujercitas.

CONSEJO # 10

El señor Amazon se ha convertido en tu mejor amigo y pasáis varias horas juntos al día. Han pasado doce meses más y no te ha contestado ni Dios. Has subido la novela a Amazon a un euro. Al fin y al cabo, lo que quieres es darte a conocer, el dinero ya llegará después. Compruebas tu lista de ventas a diario, así como los comentarios de los lectores. Si ves que ambos parámetros van bien, puede que estés en el camino del éxito. Aguanta amigo, puede que la cosa salga bien, solo te faltan dos cosas para garantizarte que vas a dar el pelotazo.

La primera de ellas, que quince hijos de puta cuelguen tu novela gratis en su web de descargas ilegales. Esta es una condición indispensable. Si todo el mundo que lee tu novela ha pagado el puto euro, estás jodido amigo, has llegado al final de tu carrera literaria. Estás fuera de onda, no eres guay, no eres cool. Estás muerto.

Si has tenido suerte y tu libro circula por la red a mansalva de forma gratuita sólo te falta una segunda condición completamente indispensable para alcanzar el éxito. Que a los cientos de opiniones de lectores dándote cinco estrellas, diciendo que tu novela les parece divina de la muerte se sume de vez en cuando un voto de una estrella de un tipo que dice que tu novela es una mierda, porque le falta una tilde en la página 43 y el protagonista conduce una Harley. Mi querido amigo escritor, cuando te pase eso, ten por seguro una cosa: estás dando el pelotazo literario del año. Cuando otros escritores, envidiosos de tu éxito, se toman el esfuerzo de poner un comentario para intentar joderte el libro, es que lo estás haciendo bien. Cuando te pongan diez es que vas a triunfar, puedo asegurártelo. Créeme, confía en mí.

Y entonces, cuando te pase eso, apaga tu último cigarro, tira el chóped a la basura, y coge el teléfono para llamar a tu chica y dile que te perdone, que la quieres mucho y que Jaime no deja de ser un gilipollas integral, y que además ella lo sabe. Si te dice que sí, date una buena ducha de una puta vez, que ya va siendo hora, aféitate esa barba, que no te sienta nada bien y sal a la calle. La vida te está esperando ahí fuera. Y si tu ex te dice que no, que le gusta Jaime y que además es un tío estupendo porque adora a su madre, sal a la calle también y observa la vida para después contarla. Te vendrá bien.

CONSEJO # 11

"Oye, ¿pero esto no era un decálogo?", estarás pensando. Pues sí. Consejo Número Once. Es que soy un mentiroso. Soy escritor, ¿sabes? Mi trabajo es mentir. Mentir al lector. Mentirle página tras página para llevarle a un viaje alucinante, a un mundo nuevo y desconocido para él. Mentirle hasta el final de la novela para que cuando acabe el libro, lo cierre y piense "¡¡Hostias, que bueno!!". Esa será tu única recompensa. Imaginar el brillo de los ojos de tus lectores mientras devoran esas líneas que escribiste aquella noche en la que estabas aterrorizado porque se te había acabado el tabaco y el café. Si consigues eso, un día, el menos esperado, te llamarán cuatro o cinco editoriales para decirte que están como locos con tu novela. Pero esa es otra historia que ya te contaré. Ahora no importa. Tú ya has triunfado. Lo has conseguido. Hay miles de personas que te leen. Te ha acompañado la suerte. La buena, la mala o ninguna de las dos. La suerte de los irlandeses.

@jlrodbooks

J.L. Rod es guionista y escritor. Autor de La suerte de los irlandeses, la novela negra más vendida en la Historia de Amazon en España. Ahora en papel en Ediciones B.


martes, 29 de agosto de 2017

El cuento de toda la vida…decálogo de Carlos Sánchez Lozano




El cuento de toda la vida
Autor: Carlos Sánchez Lozano

Por decirlo de un modo sintético, los buenos cuentos cumplen 10 requisitos:

1) Atrapan a los lectores con un hecho inédito.
2) Los hechos se presentan según la forma hecho positivo –hecho negativo.
3) Siempre hay una pizca de humor o ironía.
4) Los personajes son definidos en rápidos trazos, con adjetivos precisos que no se repiten.
5) No complacen las expectativas del lector; se le hace zancadilla, se le sorprende.
6) Hay una acción que domina la historia; no hay espacio para irse por las ramas.
7) No deja parpadear; se lee de una sentada.
8) Siempre lo deja a uno pensando.
9) El primer y el último párrafo son sagrados.
10) Siempre reverencia las reglas de los maestros… Siempre las traiciona.

Anotaciones:
“Hoy está claro que no podemos vivir sin cuentos, sin ficción, sin narraciones. La vida – resulta una obviedad decirlo- es un extenso relato con introducción, nudo y desenlace.  Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos como un buen cuento. Está bien,  puede ser un mal cuento, pero eso es harina de otro costal. Los niños nos han enseñado que necesitan que les lean cuenten cuentos. Sin cuentos vivir no es vivir.”

“Desde el primer cuento hace millones de años contado alrededor del fuego hasta el que una mamá acaba de contar a su hijo o una bibliotecaria a un grupo de niños expectantes, todos los cuentos tienen reglas invariables: narran una única historia (sí, es cierto, algunos tienen dos o tres subhistorias, pero atadas a un hilo narrativo central); esta historia le sucede a alguien (ser humano, animal o cosa antropomorfizada); y presenta un conflicto que los lectores u oyentes esperamos se solucione o al menos tenga visos de cierre  prontamente.”

“Buenos y malos cuentos hay en todas partes. Pero es claro que los buenos cuentos son terapéuticos (observen que por ninguna parte he dicho que nos enseñan algo o nos dejan moraleja) y nos dan una representación del mundo más elaborada. Frente a las habituales narraciones simplistas de la televisión, de los videojuegos y ahora de internet, el cuento de ficción nos podría ayudar a tener mejores referentes y más holísticos de la realidad.”

“Los buenos cuentos nos previenen contra el pensamiento unidimensional, contra los  prejuicios y cierta mojigatería burguesa que considera como válida una forma de vida convencional donde las cosas deben seguir igual para que no cambie nada: para que no se nos altere el pulso. Los buenos cuentos –y excusen la comparación si molesta a alguien- como los buenos orgasmos ponen a correr la sangre, quitan el aire, raptan a la vida un momento de verdad.”


“…necesitamos de los buenos cuentos para sobrevivir. Necesitamos de tu voz narrativa Scherazada para que nos prestes el hilo de Ariadna y nos ayudes a movernos en ese laberinto que llamamos vida. Y a hacerlo de manera inteligente, estudiosa, serena. Solo el arte y entre ellas la literatura –vital, atrevida, que desafía sus logros con nuevos desafíos, con todos sus anhelos ilimitados- nos permite ser incluidos en la única familia a la que legítimamente pertenecemos: la familia humana.”